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Prehistoria y Supervivencia por EvaristoRodríguez Rabano se encuentra bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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sábado, 15 de marzo de 2014

El entorno natural

Cuando camino por el monte no me resisto a que mi mente se imagine como era el mundo de nuestros antepasados en la prehistoria. Dejo atrás senderos y caminos y me adentro en la espesura del bosque. 

Acostumbrado a nuestro mundo artificial uno se siente desorientado, sin letreros ni lineas que indiquen por donde caminar.

Mientras abro camino entre las hayas pienso, ademas, que me acechan ciertos peligros. Ya no estoy en mi mundo seguro donde las fieras casi ni existen, ahora soy depredador y presa.

Encontrarme con leones cavernarios, tigres dientes de sable, osos y lobos son algunos de mis temores mas constantes. Mis mejores armas son el sigilo y el silencio.

En esta época invernal es frecuente encontrarnos con riachuelos de deshielo con sus aguas gélidas. Mojarme no entra dentro de mis planes y debo pensar como cruzar.

Mi primera opción es seguir el rió hasta encontrar un medio natural que me permita pasarlo...

... la posibilidad de pisar sobre las piedras salientes es algo frecuente en ríos  poco caudalosos pero el musgo mojado es muy resbaladizo y lo descarto.

Cuando el paso va a ser repetido con frecuencia merece la pena invertir tiempo y construirnos un pequeño puente. Por el contrario, si no pensamos pasar mucho mas por allí, lo mejor es descalzarse, arremangarse las perneras y cruzar. 

Los ríos son importantes fuentes de alimentación... En estos pequeños pozos naturales se pueden pescar a mano truchas y barbos, pero esto es mejor en verano.

Poco a poco voy ascendiendo hacia las cumbres y comienzan a abrirse grandes claros. De los sombríos valles paso a los paisajes soleados.


En estas tierras el climas siempre es incierto. En un momento el sol lo caldea todo y al siguiente instante las nubes pueden taparnos y descargar una lluvia torrencial. Nunca esta demás cargar con una capa.


Sigo mi ascenso hacia las cumbres nevadas, lugares donde podemos encontrarnos con manadas de caballos, uros, bisontes o ciervos que van peregrinando siempre en busca de mejores pastos. 

Son por ello excelentes lugares desde donde comenzar una partida de caza. Sin embargo, este año será muy frío y resultará difícil que los animales nos visiten.

 Llegado al punto final contemplo el paisaje que me rodea. Este era el mundo de nuestros antepasados... ahora es tiempo de volver al mio y contarlo.

viernes, 14 de marzo de 2014

Todos comenzamos siendo niños

Si el género Homo ha evolucionado hasta lo que somos en la actualidad es gracias, sin duda, ha nuestra capacidad de aprender, de retener información y pasarla a nuestros descendientes. Incluso ahora no debemos descuidar estas capacidades si queremos seguir en la senda correcta. Así pues, es la educación de nuestros vástagos la tarea más importante de nuestras vidas. 

Aquí están mis hijos aprendiendo a amar a la naturaleza y a comprender todo lo que ella nos está dando.